Trastornos de la alimentación en adolescentes aumentaron en pandemia
Según los especialistas, ha habido un crecimiento considerable de consultas ambulatorias y hospitalizaciones relacionadas a la anorexia, bulimia o trastornos por atracón. ¿Cómo identificar estos trastornos de la alimentación y cuándo pedir ayuda a un experto? Revisa esta información:
Durante la pandemia, los pacientes afectados por trastornos alimentarios han empeorado su estado de salud debido al confinamiento y las reiteradas cuarentenas. Además, se han presentado nuevos casos de jóvenes y adolescentes, lo que levantó una alerta mundial.
Por otro lado, si buscamos en internet, existen decenas de desafíos o challenges relacionados a bajar de peso. El problema, es que muchos de ellos vienen de parte de “influencers” que tus hijos siguen en las redes sociales, lo que les da impulso para realizarlos. Pero ¿cómo medir el impacto, o cómo saber si realmente les está afectando?
Tracy Richmond, directora del programa de trastornos alimentarios del Boston Children’s Hospital, se lo preguntó ante el aumento de consultas relacionadas a trastornos alimentarios en Estados Unidos. Según los expertos, durante la pandemia se está viendo una demanda sin precedentes, por lo que las unidades de hospitalización se han duplicado y triplicado. Lo que es peor, los pacientes que ingresan están más enfermos que nunca.
Anorexia nerviosa
Según el estudio, el mayor aumento tiene relación con la anorexia nerviosa, un trastorno alimentario en el que las personas se privan de alimentos. Así, la característica principal es que los adolescentes tienen un peso muy por debajo del percentil correspondiente a su edad, además de tener una percepción distorsionada con su peso y, por ende, presentan un temor intenso a aumentar, aunque sean unos gramos.
Síntomas de la anorexia nerviosa
- Pérdida de peso excesivo o no lograr el aumento de peso previsto para su edad y desarrollo esperado.
- Aspecto delgado y enfermo.
- Recuento de células sanguíneas anormales.
- Fatiga.
- Insomnio.
- Mareos o desmayos.
- Ritmo cardíaco irregular y presión arterial baja.
- Intolerancia al frío.
- Piel seca y amarillenta.
- Deshidratación.
- Hinchazón de los brazos o piernas.
- Erosión dental, uñas amarillos y callosidades en los nudillos producto de la provocación del vómito.
- Color azulado de las manos y dedos.
- Percepción irreal del cuerpo.
- Miedo intenso a aumentar de peso o engordar.
De esta forma, para evitar el aumento de peso o, bien, seguir adelgazando, las personas con anorexia suelenrestringir la cantidad de comida mediante estas acciones:
- Contar las calorías que consumen.
- Hacer más ejercicio.
- Provocar el vómito.
- Usar laxantes o suplementos dietéticos y/o diuréticos.
Cabe mencionar que los adolescentes que pasan por esto también pueden tener episodios de atracones, similar a lo que ocurre con la bulimia.
Bulimia nerviosa
Entre los otros trastornos alimenticios que han aumentado durante la pandemia, está la bulimia nerviosa, un trastorno que puede ser fatal.
Aquí, los pacientes que lo padecen, por lo general, mantienen en secreto los episodios de atracón. Es decir, comen grandes cantidades de alimentos, perdiendo el control, para luego vomitar y deshacerse de las calorías adicionales de forma no saludable.
Al igual que en la anorexia, pueden usar laxantes de manera inapropiada y desproporcionada, consumir medicamentos para bajar de peso, así como diuréticos o enemas después del atracón.
Síntomas de la bulimia nerviosa
- Preocupación por el cuerpo y el peso.
- Tener miedo constante por aumentar de peso.
- Tener atracones reiterados y comer como si no pudieras parar.
- Forzar el vómito.
- Hacer demasiado ejercicio para no aumentar de peso después de un atracón.
- Usar laxantes, diuréticos o enemas después de comidas grandes.
- Ayunar, restringir calorías o evitar ciertos alimentos.
- Usar suplementos dietéticos o productos para bajar de peso.
Si tienes sospecha de que alguien cercano tiene un trastorno de la alimentación, fíjate en:
- Se preocupa mucho o se queja constantemente por la gordura.
- Tiene una percepción distorsionada o negativa de su cuerpo.
- Consumo repetitivo de cantidades grandes comidas de una sola vez.
- Adherencia por dietas estrictas o ayunos.
- Negación de comer en público o frente a otras personas.
- Visitas al baño justo después de comer o durante ellas.
- Exceso de ejercicio.
- Presencia de llagas, cicatrices o callos en las manos, especialmente en los nudillos.
- Daño en los dientes o las encías.
- Cambio de peso.
- Tratar de esconder la contextura física con ropa holgada.
- Inflamación de las manos, pies, cara o mejillas a causa del agrandamiento glandular.
¿Sabías qué? Por lo general, las personas que padecen trastornos alimentarios no quieren comenzar un tratamiento. Por esta razón, es importante el apoyo de sus más cercanos, con el fin de buscar la mejor alternativa de tratamiento y, así, mejorar a tiempo su salud.
Resultado del estudio y recomendaciones
Durante la investigación en adolescentes norteamericanos, la doctora a cargo descubrió que los trastornos alimentarios se han diagnosticado, con mayor frecuencia, en niñas blancas jóvenes, pero que se han sumado niños y otros grupos minoritarios, partiendo desde los 10 a 12 años. “Con estos resultados vemos una segunda pandemia en los adolescentes, la salud mental”, añadió Richmond.
Fuentes:
- La Tercera
- Boston Children’s Hospital
- Mayo Clinic
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