Teoría: ¿China creó el Covid-19 como arma biológica?
Tras la teroría revelada a través de un resportaje, expertos señalan financiamiento militar chino y experimentación de virus en el Instituto de Virología de Wuhan que trabajaba con el virus SARS al menos desde el 2017.
Según una investigación del diario británico The Sunday Times, se plantea que el Covid-19 fue creado por China como parte de un proyecto secreto para desarrollar armas biológicas.
Se sugiere que el virus se filtró desde el Instituto de Virología de Wuhan tras un accidente.
El reportaje revela que científicos trabajaban en la mutación del virus SARS en colaboración con el ejército chino, con el objetivo de crear una versión más letal. Investigadores del Departamento de Estado de Estados Unidos, basándose en conversaciones interceptadas y estudios científicos, sugieren que los científicos chinos llevaban a cabo experimentos peligrosos como parte de un proyecto encubierto, lo que habría provocado la filtración del laboratorio.
Además, se afirma que la falta de información pública sobre este trabajo se debe a su realización en conjunto con expertos militares, quienes financiaban el proyecto y buscaban desarrollar armas biológicas.
En una exhaustiva investigación, el medio británico revisó diversos documentos confidenciales, informes internos, artículos científicos y correspondencia por correo electrónico. Además, se realizaron entrevistas a investigadores estadounidenses y expertos en China que llevaron a cabo la primera investigación importante sobre el origen del brote de Covid-19. Estas revelaciones presentan una nueva perspectiva sobre el origen del virus.
Nuevos hallazgos
Según el extenso reportaje, el Instituto de Virología de Wuhan inició la búsqueda de los orígenes del virus SARS en 2003, y estos descubrimientos fueron de conocimiento público.
En 2012, en una cueva en la provincia de Yunnan llamada Shitou, se encontró un virus similar, al que se etiquetó como WIV1, haciendo referencia al instituto. También se identificó otra variante llamada SHC014.
Después de tomar muestras, los investigadores colaboraron con Ralph Baric, un virólogo de la Universidad de Carolina del Norte.
En 2015, publicaron los resultados de sus experimentos, en los cuales demostraron que la combinación del virus SARS con el SHC014 tenía el potencial de ser altamente letal y causar daño pulmonar en ratones humanizados. Además, se descubrió que esta combinación era resistente a las vacunas desarrolladas para el SARS.
Sin embargo, en 2016 se encontró una nueva variante en una mina en la provincia de Yunnan llamada Mojiang, donde algunas personas fallecieron a causa de síntomas similares al SARS.
Según se expone en el reportaje, el gobierno chino no informó sobre estas muertes y los virus encontrados allí, que ahora se reconocen como los antecesores más cercanos del Covid-19, ya existían antes de la pandemia. Las muestras fueron llevadas a laboratorios y el trabajo de los científicos fue clasificado.
A raíz de estos hallazgos, una fuente estadounidense mencionó que “fue en ese momento exacto cuando comenzó el programa clasificado. En mi opinión, la razón por la cual se encubrió Mojiang fue debido al secreto militar relacionado con la búsqueda del ejército de capacidades de doble uso en armas biológicas y vacunas”.
Estos nuevos descubrimientos arrojan luz sobre el origen del Covid-19 y plantean interrogantes sobre posibles conexiones con investigaciones clasificadas y el desarrollo de armas biológicas de doble uso.
Investigadores del Departamento de Estado de EE. UU. accedieron a inteligencia secreta sobre la situación en China antes del Covid-19. Se afirma que científicos de Wuhan experimentaban con el virus RaTG13 de la mina de Moijang y que existía una investigación militar encubierta previa a la pandemia.
El informe revela que se realizaban experimentos en serie con el virus, seleccionando cepas más dañinas. Se destaca la participación del ejército chino en el instituto desde 2017, donde se experimentó con coronavirus junto a la Academia de Ciencias Médicas Militares.
El reportaje menciona que tres investigadores se enfermaron con síntomas similares al Covid-19 en noviembre de 2019, lo que generó acciones en el Instituto de Wuhan. Además, se revela que la ubicación del instituto estaba cerca de un punto crítico antes del cierre de la provincia en enero.
El reportaje concluye que China ha reprimido las investigaciones sobre el origen del virus y ha impuesto restricciones.
La experta en murciélagos, Alice Hughes, señala dificultades en su trabajo y afirma que China selecciona datos que se ajustan a su narrativa, evitando la recopilación de datos inconvenientes. La situación planteada se considera peligrosa según Hughes.
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