¿Pueden las microdosis de psicodélicos mejorar la salud mental?
Según un estudio realizado en Canadá, el consumir pequeñas dosis de psicodélicos como el LSD, ayudaría a disminuir los síntomas de estrés, ansiedad y depresión que “tanto sufrimiento causan” en las personas, manifestó Joseph Rootman, autor de la investigación ¿De qué se trata? Te lo contamos:
En el mundo, la depresión es una enfermedad que afecta a unos 300 millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Escenario que se vio empeorado por la crisis sanitaria provocada por el virus del Covid-19.
La lucha diaria que llevan las personas afectadas por la ansiedad y depresión, enfrentando ‘bajón anímico’, puede llegar a exacerbar los sentimientos, algo que ni siquiera los fármacos logran inhibir por completo.
Bajo ese contexto, un equipo de investigadores internacionales dirigidos por la UBC Okanagan, en Canadá, los llevó a experimentar y construir una hipótesis donde para poder disminuir los síntomas, -tanto de la ansiedad y depresión-, y también aumentar los sentimientos de bienestar, los pacientes podrían consumir microdosis de psicodélicos como la psilocibina o LSD.
Esta pequeña dosis implicaría la autoadministración regular y vigilada, la cual no afectaría el funcionamiento cognitivo normal.
¿Cómo se realizó el estudio?
La revista Scientific Reports fue la encargada de publicar el estudio, donde participaron 8.500 personas de 75 países, quienes informaron la cantidad de psicodélicos consumidos, logrando así establecer un vínculo con la disminución de síntomas de depresión, ansiedad y estrés.
“Al comparar microdosificadores y no microdosores, hubo una clara asociación entre la microdosificación y menos síntomas de depresión, ansiedad y estrés, lo cual es importante dada la alta prevalencia de estas afecciones y el sufrimiento sustancial que causan”, dijo Joseph Rootman, autor principal del estudio.
Este es el primer estudio que analiza el consumo de psicodélicos como niacina, hongos de melena león y el cacao, los que al trabajar en conjunto maximizan el beneficio.
“Tenemos una epidemia de problemas de salud mental, con tratamientos existentes que no funcionan para todos. Necesitamos seguir el ejemplo de los pacientes que están tomando estas iniciativas para mejorar su bienestar y reducir el sufrimiento“, agregó Rootman.
En las terapias convencionales, el paciente es tratado con las dosis diarias de antidepresivos. En el estudio la idea es tomar la sustancia psicodélica una o dos veces en una terapia disruptiva, la cual se inserta en un plan psicoterapéutico”, explicó Gerhard Gründer, director del estudio de Mannheim del Instituto Central de Salud Mental.
Los pacientes del ensayo financiado con dineros públicos dan cuenta de experiencias que les cambian la vida, mejoran su estado mental e incluso pueden abandonar los antidepresivos. Un estado que puede durar muchos meses después de la ingesta controlada de psilocibina. De este modo, las sustancias psicodélicas han vuelto al lugar que ocupaban en los años 50 y 60 en la investigación psiquiátrica, médica y psicológica.
La psilocibina, es un principio activo se conoce desde hace unos 60 años. Lo poseen ciertos “hongos mágicos”, cuya supuesta magia es su efecto alterador de la mente. No en vano, la sustancia está prohibida en casi todo el mundo, en Alemania desde hace más de medio siglo.
El consumo de alucinógenos dejó de ser exclusivo de los hippies. Cada vez más estudios confirman el potencial de la terapia asistida con psilocibina para el tratamiento de pacientes depresivos, incluso de aquellos que han agotado todas las vías.
Gerhard Gründer, director del estudio de Mannheim, con un total de 144 pacientes, espera “una ratificación con resultados sólidos”.
Fuentes:
- Futuro 360
- Healthyday
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