Ley Dominga: pérdida gestacional y perinatal

Fecha de Publicación: 11 Octubre 2021
Tiempo de Lectura: 3 Min.

Todas las instituciones de salud, tanto públicas y privadas, deberán seguir un protocolo universal frente a una muerte gestacional o perinatal. ¿La clave? Un manejo médico y acompañamiento psicológico acorde para contener a la madre, al padre y al núcleo familiar más directo. Revisa en qué consiste: 

Tras la triste y dura experiencia vivida por Aracelly Brito, con su hija Dominga, se hizo efectiva esta ley que lleva el nombre de su hija fallecida. Ella y su familia decidieron luchar por cambiar la manera de cómo se vive un duelo perinatal en Chile: de manera invisibilizada y sin acompañamiento.

Para Aracelly, todo comenzó en el 2020 cuando con su pareja tuvieron la pérdida de su segundo hijo Julián, donde por primera vez tuvieron que enfrentar la tristeza sin ninguna contención. Fue en ese momento donde ella experimentó el dolor y la vivencia de la muerte gestacional.

“Me internaron al lado de la sala de bebés, donde los escuchaba llorar día y noche. Me hicieron firmar un documento para autorizar a botar los restos biológicos (de su hijo y el parto). Sentí que era un mero trámite, mientras que para mí y mi pareja se nos caía el mundo encima”, contó Brito.

Bebé Arcoíris

“Bebé Arcoíris” es la forma de nombrar al nuevo integrante que llega a la familia tras una pérdida y, para Aracelly y su pareja, ese hermoso “Arcoíris” se transformaría en Dominga.

Según relata Brito, tuvo un embarazo excelente, donde se cuidó y siguió al “pie de la letra” todos los consejos y recomendaciones.

Contaban los días para conocer a su hija. Hasta que al llegar a la semana 36, Aracelly se dio cuenta que Dominga no se estaba moviendo mucho.

“Fui al hospital más cercano, pero como tenía latidos me mandaron para la casa. Llamé a mi matrona a cargo cerca de 20 veces para pedirle un sobrecupo con urgencia (de modo de tener a su hija), porque yo sabía que se movía menos… Pero nunca fui escuchada. Para ella era la mamá exagerada, me respondía ‘Coma chocolate’, pero mi instinto de mamá me decía otra cosa“, dijo.

Ante tal escenario, decidieron no esperar y fueron a realizarse una ecografía al mejor lugar de Santiago. Pues es ahí, donde recibieron el primer impacto, ya que el doctor que los atendió les informó que Dominga tenía arteria umbilical única (anomalía del cordón umbilical en la que se presentan sólo dos de los tres vasos, una de dos arterias, una vena y que tiene mayor incidencia de muerte perinatal).

La demoledora pérdida

En su desesperación e instinto maternal, decidió presionar y llamar a su matrona para exigir que le sacaran a su hija, a lo que le respondieron que “por un instinto maternal, no adelantarían el parto”.

Tras la tajante respuesta, Aracelly confió en el criterio de la matrona y esperó. Esa misma noche empezó con sangramiento y se dirigió a la clínica.

“Fue ahí cuando me dieron la noticia de que mi hija ya no tenía latidos. Me volví completamente loca… me comencé a golpear, gritaba tan fuerte que yo creo que la clínica completa me escuchó”, recordó.

“Fueron a buscar a mi pareja, pero no le dijeron nada. Él entró feliz, pensando que lo llamaban porque la Domi estaba pronta a nacer. Entró a mi habitación y se llevó el impacto de golpe… Él dice que mis gritos jamás los podrá olvidar”, expresó Brito.

Ley Dominga

Tras la dura y triste pérdida de esta valiente madre, decidió luchar por todo lo vivido y por todas las madres quienes han pasado por lo mismo.

Así, Ley Dominga busca que los centros de salud cuenten con habitaciones o salas aisladas para madres en duelo, distintas a aquellas con hijos nacidos vivos.

Además, en el lugar aislado donde se encuentre la madre, tendrá el nombre del hijo(a) fallecido y un símbolo o ícono visible en la entrada, con el objeto de anticipar el estado de salud de la madre o de quienes transiten por el lugar.

También, se deberá capacitar al personal del área de maternidad para afrontar las situaciones de muerte perinetal, con empatía y buen trato a los padres. Se incluirán herramientas emocionales, estrategias de comunicación asertiva y cursos en duelo gestacional, entre otros.

Para Brito, esto es de suma importancia para la mujer que inicia su duelo.

“Nosotros vivimos una cantidad de indolencias y falta de humanidad… La falta de protocolos, de acompañamiento digno, de humanidad, de derecho a estar con tu bebé, de tener que estar internada con mamás con hijos vivos, el cero acompañamiento psicológico, ninguna explicación a nada y tantas cosas más. Pedimos algo tan simple, pero urgente”, finalizó Aracelly.


Tags:embarazopediatría
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