El Juego del Calamar: ¿provoca efectos secundarios en la salud mental?
¿Puede una serie de Netflix cambiar el comportamiento de los niños en la casa y en los colegios? La respuesta es sí. Esto, según estudios realizados en diversos países que, producto del éxito en los adultos, se extendió a los más chicos de la casa ¿Quieres saber los resultados? Sigue leyendo aquí:
Para los que no saben o no están al tanto, “El juego del Calamar” es la serie sensación de Netflix a nivel internacional, pero surgieron diversas preocupaciones por sus posibles efectos secundarios en la salud mental. Sobre todo, organizaciones médicas y psicológicas advierten que los niños podrían ser susceptibles a la trama y a las imágenes del producto audiovisual.
Parte de su éxito global se atribuye al momento en que se estrena. Con menores restricciones posteriores al confinamiento por la pandemia de COVID-19, la serie trae a colación la desesperación propia de épocas confusas. No es difícil sentir lo mismo que sienten los protagonistas cuando eventos fuera de su alcance los ponen en situaciones límites.
¿De qué trata la serie?
La trama gira en torno a 456 personas que, desesperadas por su situación económica, compiten en un misterioso juego de supervivencia que consiste en múltiples juegos infantiles. Quien logre victorioso se llevará el gran premio y los perdedores, simplemente perderán la vida en el intento.
“El juego del calamar” funciona como una crítica y sátira al sistema televisivo de juegos y concursos típicos de Japón o de Corea. Lo más probable es que el guion se haya planteado con un mensaje social, pero ha trascendido hacia un entretenimiento que no parece inocuo para todos, ya que está desarrollado con escenas de mucha violencia.
Y así lo demuestra su catalogación en la plataforma que la coloca como no apta para menores de 17 años. De todas maneras, el registro de más de 111 millones de cuentas viéndola durante el primer mes de debut demuestra que seguramente hay visualización por parte de los niños.
Tiktok e Instagram
Un claro ejemplo de esto es en la aparición de retos virales en redes sociales como Instagram y TikTok, con adolescentes emulando escenas de la serie, o simplemente utilizando la música clásica de ésta. Una evidencia más de la influencia que tiene en este grupo etario.
Fue producto de esa viralización la que alertó a diferentes organizaciones médicas y sociales de los efectos secundarios de “El juego del calamar”.
Así como también, las escenas sádicas y de muerte que se enmarcan en juegos infantiles. Esto, para los especialistas, resulta llamativo para el cerebro del espectador, que desea saber cómo se resuelven estas situaciones.
Una disonancia cognitiva, la denominan los expertos, que se refiere a un estado de incomodidad de la mente. Se perciben dos situaciones que deberían ser contrapuestas en un mismo plano. En este caso, los juegos infantiles no corresponden con la muerte que encierran en el show televisivo.
Reacciones a nivel mundial
Es así que los efectos secundarios de “El juego del calamar” se están asociando, sobre todo, a la salud mental. Para la población infantil es más difícil interpretar las disonancias cognitivas, lo que favorece las malas interpretaciones de la trama.
Efectos secundarios de la serie
No existe ningún estudio científico que analice los efectos secundarios en la salud de “El juego del calamar”. De todas maneras, se han realizado análisis sociológicos e investigaciones para determinar la relación entre la violencia consumida de forma audiovisual y la expresión de la misma en la realidad.
¿Es posible que el consumo de series y programas violentos conlleve agresiones posteriores en la vida real? Según un estudio realizado en Portugal, la violencia televisiva es un factor que contribuye a que los estudiantes escolares expresen agresiones físicas hacia los demás, siempre y cuando tengan interés en los personajes de la historia que ven.
Ahora bien, esto quiere decir que los jóvenes no se tornan violentos solo por mirar una serie, hay factores moderadores (según expertos y estudios) que determinan cómo una persona asimila lo que ve y lo traduce en comportamientos.
La desensibilización ante la violencia
Cuando la violencia se naturaliza, es decir, cuando se vuelve algo cotidiano que pasa a formar parte de lo habitual, entonces no se la condena. Para las personas más jóvenes, esto tiene un claro componente que proviene de la publicidad, las redes sociales y el consumo de productos de entretenimiento.
Según lo publicado por psicólogos de Reino Unido, la violencia en los medios de consumo masivo genera excitación, sobre todo en los varones más jóvenes. Y esta excitación es mayor cuanto más estuvieron expuestos antes a otras formas audiovisuales de violencia.
El rol de la presión de grupo
Para los niños y los jóvenes no es menor el efecto que tiene la presión grupal, además del producto audiovisual que consuman en sí. Los efectos secundarios en la salud mental de “El juego del calamar” se asocian con la necesidad de pertenecer y no ser rechazados, indican los expertos.
Si un compañero o amigo está viendo la serie y comenta tal o cual cosa, el otro también quiere verla para no quedar afuera. Y si el primero lo invita a imitar una escena, el segundo tenderá a aceptar la invitación para no ser rechazado.
Para los psicólogos es un círculo vicioso, las influencias negativas de las series audiovisuales se reproducen y se esparcen porque hay una necesidad adolescente de ser aceptado. La propagación de la imitación de los juegos en los recreos tiene su base en este comportamiento.
Adultos presentes
Si los adultos se tomaran el tiempo para acompañar y conversar con sus hijos, sería bastante diferente la situación.
La reducción de la violencia entre adolescentes no depende tanto de prohibir una serie, sino de ejercer el rol adulto en la educación.
La recomendación es que los menores de 17-18 años no deberían verla y eso está claro; pues no la entenderían con profundidad. Pero sí la verán de todos modos, quizás a escondidas o con amigos, entonces la labor de los padres y adultos en general está en educarlos para que puedan comprender que es sólo ficción y no realidad.
¿Cómo cuidarse de una ola de calor?
