El consumo excesivo de sal afectaría al cerebro

Fecha de Publicación: 16 Noviembre 2021
Tiempo de Lectura: 3 Min.

Siempre han dicho que ingerir mucha sal afecta nuestra salud. Muchos mencionan que hace mal a los riñones, otros dicen que aumenta la presión arterial pero ¿qué tiene de cierto todo esto? ¿Qué órganos de nuestro cuerpo se perjudican con el exceso de sal? Sigue leyendo y sabrás

Según un estudio realizado por la Universidad Estatal de Georgia en Estados Unidos, muestra resultados sobre cómo la sal afecta el flujo sanguíneo en el cerebro. Por tanto, si eres de las personas que consume mucha sal, ahora es el momento para que la disminuyas.

A través del estudio realizado por los investigadores, revelaron la relación que existe entre la actividad neuronal y el flujo sanguíneo en el cerebro, y cómo este se ve afectado por el consumo de sal.

¿De qué se trata la investigación?

El estudio que se publicó en “Cell Reports” explica que cuando se activan las neuronas se produce un rápido aumento del flujo sanguíneo en el cerebro. Esta relación se conoce como acoplamiento neurovascular o hiperemia funcional, y se produce mediante la dilatación de los vasos sanguíneos del cerebro denominados arteriolas.

Los estudios previos de acoplamiento neurovascular se han limitado a áreas superficiales del cerebro (como la corteza cerebral) y los científicos han examinado principalmente cómo cambia el flujo sanguíneo en respuesta a estímulos sensoriales provenientes del entorno (como estímulos visuales o auditivos).

Sin embargo, poco se sabe sobre si los mismos principios se aplican a regiones cerebrales más profundas sintonizadas con los estímulos producidos por el propio cuerpo, conocidos como señales interoceptivas.

Para estudiar esta relación en las regiones cerebrales profundas, el equipo dirigido por Javier Stern, desarrolló un enfoque novedoso que combina técnicas quirúrgicas y estado- neuroimagen de última generación.

¿Cómo lo hicieron?

El equipo de especialistas se enfocó en el hipotálamo, una región profunda del cerebro que tiene que ver con las  funciones corporales críticas, como beber, comer, regular la temperatura corporal y la reproducción.

El estudio examinó cómo cambiaba el flujo sanguíneo al hipotálamo en respuesta a la ingesta de sal.

“Elegimos la sal porque el cuerpo necesita controlar los niveles de sodio con mucha precisión. Incluso tenemos células específicas que detectan cuánta sal hay en la sangre”, justifica Stern.

Cuando se ingieren alimentos salados, el cerebro los detecta y activa una serie de mecanismos compensatorios para reducir los niveles de sodio, añadió el investigador.

El cuerpo hace esto para activar las neuronas que desencadenan la liberación de vasopresina, una hormona antidiurética que juega un papel clave en el mantenimiento de la concentración adecuada de sal.

En contraste con estudios previos que han observado un vínculo positivo entre la actividad neuronal y el aumento del flujo sanguíneo, los investigadores encontraron una disminución en el flujo sanguíneo a medida que las neuronas se activaban en el hipotálamo.

“Los hallazgos nos sorprendieron porque vimos vasoconstricción, que es lo opuesto a lo que la mayoría de la gente describió en la corteza en respuesta a un estímulo sensorial”, explica Stern.

“Normalmente se observa un flujo sanguíneo reducido en la corteza en el caso de enfermedades como el Alzheimer o después de un accidente cerebrovascular o isquemia”.

¿Qué pasa cuando consumimos mucha sal?

Para los expertos, cuando se come mucha sal, nuestros niveles de sodio permanecen elevados durante mucho tiempo.

“Creemos que la hipoxia (es un estado de deficiencia de oxígeno en la sangre, células y tejidos del organismo, con compromiso de la función de los mismos)  es un mecanismo que fortalece la capacidad de las neuronas para responder a la estimulación sostenida de la sal, lo que les permite permanecer activas durante un período prolongado”, dijo Stern.

Los resultados de la investigación, arrojaron interrogantes para los expertos sobre cómo la hipertensión puede afectar al cerebro. Se cree que entre el 50 y el 60 por ciento de la hipertensión depende de la sal, provocada por su consumo excesivo.

Para poder comprobar esto, los investigadores planean estudiar este mecanismo de acoplamiento neurovascular inverso en modelos animales para determinar si contribuye a la patología de la hipertensión dependiente de la sal.

Además, esperan utilizar la investigación para estudiar otras regiones y enfermedades del cerebro, incluidas la depresión, la obesidad y las afecciones neurodegenerativas.

Si se ingiere mucha sal de forma crónica, lo más probable es que se desarrolle una hiperactivación de las neuronas de vasopresina ¿qué significa esto? Esto quiere decir que se puede inducir una hipoxia excesiva, que podría provocar daño tisular en el cerebro, explica Stern.

“Si podemos comprender mejor este proceso, podemos diseñar nuevos objetivos para detener esta activación dependiente de la hipoxia y quizás mejorar los resultados de las personas con presión arterial alta dependiente de la sal”.


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