Qué hacer ante una crisis de pareja después del primer hijo 

Fecha de Publicación: 19 Abril 2022
Tiempo de Lectura: 4 Min.

No es algo que ocurra en todos los casos, pero está claro que la llegada del primer hijo supone una transformación de la vida en pareja. Cambian los horarios y la estructura acostumbrada se ve totalmente distinta. En muchos casos, tal es el cambio o alteración que, incluso, puede llegar a la separación ¿Cómo abordarlo? ¿Qué hacer si estás en crisis? Lee las pautas que te entregaremos aquí, en Estusalud:

Según los expertos, existe un alto porcentaje de parejas que experimentan una fuerte crisis tras el nacimiento del primer hijo. En algunos casos, esta se vive en forma de discusiones constantes y, en otros, se genera un gran distanciamiento emocional.

Para muchas de estas parejas, recuperarse de la crisis es complicado, requiere años y conlleva un gran sufrimiento. Otras simplemente, no logran adaptarse al cambio y terminan por separarse definitivamente.

Sin embargo, esto no ocurre en todas las personas. Una vez que se entiende y comprende la etapa que están viviendo ambos, es posible efectuar algunos ajustes, lo que muchas veces genera un fortalecimiento de la pareja.

 ¿Cuáles son las causas de la crisis?

El tener un hijo conlleva una transformación profunda en la manera de vivir. Por tanto, no es raro que es el momento de muchas parejas ‘tambalean’ si no están ciento por ciento afiatados el uno al otro.

Desde el momento del nacimiento las prioridades, los horarios y las rutinas cambian. Ya no son dos, sino tres, y la guagua se convierte en el centro del día a día.

Por lo mismo, el tiempo en pareja disminuye drásticamente; ya apenas hay momentos a solas en los que disfrutar, divertirse, compartir o, simplemente, conversar de algo que no sea el niño o la niña.

La intimidad tanto emocional como sexual se reduce y la pareja puede resentirse. Por otro lado, ambos experimentan intensas emociones a nivel individual que si no se comparten pueden dar lugar a malentendidos, conflictos y rencores. 

Por una parte está la madre que puede sentirse sola y desbordada en su papel al lidiar con la gran responsabilidad de cuidar a su pequeño al tiempo que atraviesa fuertes cambios emocionales y corporales.

El padre, por su lado, puede sentirse apartado y desplazado, y no encontrarse en su nuevo rol, ya que su pareja se centra ahora en el recién nacido, pasando la pareja a un segundo plano; pero, además, puede que sienta que esa estrecha relación madre-hijo le impide implicarse con el niño tanto como le gustaría.

A todos estos factores, además se le suma una importante privación de sueño. Durante los primeros meses de vida de un hijo, los padres experimentan un sueño insuficiente y fragmentado, (especialmente la madre), lo cual puede afectar profundamente a su estado de ánimo.

El agotamiento físico y mental, la irritabilidad y el sentirse desbordados pueden conducir a un deterioro del vínculo romántico.

¿Cómo afrontar la crisis de pareja después del primer hijo?

  • Prevenir. En la medida de lo posible, es importante evitar que la crisis se presente y para esto resulta muy positivo conversar algunos puntos básicos antes de la llegada de la guagua. Estar preparados para los cambios emocionales es fundamental. De este modo, podrán tomar buenas decisiones.
  • Expresarse con claridad y abrirse emocionalmente. La comunicación se vuelve ahora más necesaria que nunca. Esta tiene que ser regular, fluida y honesta. No importa lo ocupados que estén, es imprescindible que encuentren un momento cada día para compartir con en pareja. 

Si hay estrés, miedo, angustia, tristeza o rencor, ponerlo sobre la mesa es la mejor opción. En ocasiones, da vergüenza tener estos sentimientos en un momento tan aparentemente idílico como el inicio de la paternidad, pero hay que hacer un ejercicio de valentía y vulnerabilidad y expresarlo.

De esta manera, la otra persona podrá comprender mejor tus reacciones, ofrecerte su apoyo y realizar cambios.

  • Ser empáticos y tolerantes. Al igual que tú estás afrontando grandes retos y sufriendo importantes transformaciones, tu pareja también y no debes perder esto de vista. Procura no centrarte solo en ti y trata de comprender los desafíos a los que el otro está haciendo frente, sé tolerante con sus acciones y reacciones, y no lo tomes de forma personal. Escucha, valida y apoya a tu pareja.
  • Trabajo en equipo. Ahora son padres, pero continúan siendo pareja y por tanto forman un mismo equipo. El estrés puede llevar a percibir al otro como un enemigo porque no cumple con tus expectativas. Evita entrar en luchas de poder y en reproches, y opta por la cooperación y la negociación.
  • Pedir ayuda. Criar a una guagua es una tarea compleja y agotadora. Contar con apoyo externo permitirá encontrar momentos de relajos en soledad.

Algunos padres y madres se sienten egoístas por delegar o por dejar al niño al cuidado de otras personas durante unas horas; sin embargo, esta puede ser una excelente decisión. Lo que más necesita un hijo es que sus padres se encuentren bien a nivel individual y de pareja, pues únicamente de este modo podrán ofrecerle los mejores cuidados.

 La crisis no es eterna

Esta es solo una etapa de transición y que no durará para siempre. A medida que el pequeño crezca, podrán volver a disfrutar de momentos en pareja y estos conflictos que ahora parecen insalvables se irán diluyendo.

Lo importante es poder darse cuenta y afrontar los cambios físicos, emocionales y sociales. Si la situación causa gran malestar y no es posible llegar a acuerdos y soluciones, es importante buscar ayuda profesional. La terapia de pareja puede ser de gran utilidad. Por eso ante tal situación, lo importante es buscar ayuda.

Fuentes:

  • Mejor con Salud
  • News Medical Today

Tags:amorpareja
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