El desafío constante de miles de mujeres, madres y trabajadoras
La maternidad, el trabajo doméstico y el teletrabajo se convirtieron en la triple jornada laboral para millones de mujeres que tuvieron que enfrentar estoicamente la pandemia, provocada por el Covid-19. Conjugar labores que son imposibles de abandonar, fue parte del desafío inmenso que tuvieron que sobrellevar por varios meses. Sin duda, un escenario que para muchas no ha tenido cambio, ya que la modalidad de trabajo virtual llegó para quedarse en miles de hogares.
En estos últimos 2 años, para millones de mujeres el desafiar las “leyes de naturaleza” fue parte de la vida diaria. Correr para iniciar el día con la rutina de levantar a los niños – para las que son madres-, estar lista y dispuesta para reunión online del trabajo, realizar las labores domésticas para tener medianamente lista la casa, el almuerzo y suma y siguen las actividades. Y así pasa el día, las horas y la complejidad de cumplir en todos los roles no se hace fácil.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sin duda tener triple jornada laboral (doméstica, familiar y profesional) es un proceso complicado que requiere de una reorganización permanentemente, una dinámica que incluye menos horas de sueño, menos tiempo para el autocuidado y menos tiempo para las relaciones sociales.
La lucha por la igualdad
Desde que nacimos y empezamos a estudiar la historia y el origen del ser humano, sabemos que la lucha de las mujeres ha estado permanentemente enfocado en la igualdad. En una igualdad de derecho en todos los aspectos.
Sin duda que la desigualdad entre hombres y mujeres en el cuidado y las labores de hogar son parte importante del escenario actual.
Es ‘normal’ que en la mayoría de los casos, las tareas recaigan en las mujeres, inclusive a pesar de que ellas tengas trabajos remunerados, a los cuales deben responder, de igual forma diariamente.
Tan así fue que en el contexto de pandemia vivido por la crisis sanitaria del virus Covid-19, se hizo más presente, llegando a aumentar notoriamente.
Es que el hecho de llevar las labores de trabajos remunerados, las tareas domésticas y el ser madres en el mismo lugar y al mismo tiempo, aumentó la carga de trabajo, mental, familiar, matrimonial entre otras.
Lamentablemente, según los expertos esto no es un problema personal de las mujeres, sino que un problema social el cual debiese ser tratado a través de políticas públicas.
Esto porque al ser un país que pretende ser desarrollado, debiese aspirar a tener una población que anhele el progreso y el avance permanente y continuo.
No es tiempo de bajar la guardia
La sicóloga y directora del Centro de Buen Trato UC, Ana María Arón, manifestó en medios La Tercera online que lo recomendable para todas aquellas mujeres que reparten su vida en casa, es bajar las expectativas: “En la situación actual no se puede hacer todo perfecto. Es mejor hacer el esfuerzo por aceptar esta situación antes que desgastarse en que funcione todo perfecto”, explica.
Arón agrega que le han preguntado mucho si es bueno establecer horarios a los niños o tener todo planificado para hacerlos funcionar. “La sobreestructuración a veces nos angustia más”, responde. “Es importante tener una cancha más o menos rayada” pero de manera adecuada.
Para ninguna mujer es fácil desarrollar todas las labores que a diario se exigen. Grandes cargas de estrés, incertidumbre y preocupaciones son sentimientos que inunda a muchas, sobre todo por aquella desigualdad de género que aún existe en la sociedad.
Una realidad que debiese ser tratada y enfrentada para poder seguir avanzando. Sí, continuar luchando, sin bajar la guardia para lograr algún día con la igualdad absoluta.
Fuentes:
- La Tercera online
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