¿Cuándo se debe inducir el parto?

Fecha de Publicación: 14 Septiembre 2023
Tiempo de Lectura: 2 Min.

La inducción del parto es un procedimiento médico que se realiza para estimular y acelerar el inicio del trabajo de parto de manera artificial, antes de que comience de forma espontánea. Esta técnica se utiliza cuando existen ciertas razones médicas que hacen necesario adelantar el parto por razones de salud de la madre o de la guagua.

La inducción del parto emerge como una herramienta esencial con el propósito de desencadenar el proceso de parto de manera artificial. 

A diferencia del inicio espontáneo, este procedimiento médico se emplea por motivos de salud de la madre o de la guagua, ofreciendo un control preciso sobre el momento crucial del nacimiento. 

¿Cuándo se debe realizar?

Las razones para realizar una inducción del parto pueden incluir:

  • Riesgo para la madre o del niño que está por nacer: Si se detectan problemas de salud que podrían empeorar si el embarazo continúa, como la preeclampsia (presión arterial alta durante el embarazo), la diabetes gestacional descontrolada, la insuficiencia cardíaca materna, entre otros.
  • Postembarazo: Si el embarazo se prolonga más allá de la fecha prevista de parto y no se ha iniciado el trabajo de parto de forma natural. Esto podría aumentar el riesgo de complicaciones.
  • Rotura de membranas sin inicio de contracciones: Si las membranas se rompen (ruptura de aguas) pero no se inicia el trabajo de parto, es posible que se considere la inducción para prevenir infecciones o complicaciones.
  • Reducción del crecimiento fetal: Si se detecta que el bebé no está creciendo adecuadamente en el útero, la inducción podría ser necesaria para evitar complicaciones.
  • Problemas con la placenta: Si la placenta no está funcionando correctamente y el niño no está recibiendo suficiente oxígeno y nutrientes.

El procedimiento de inducción puede variar, pero generalmente implica la administración de hormonas, como oxitocina, para estimular las contracciones uterinas. 

También puede incluir la ruptura artificial de las membranas (amniotomía), que es el proceso de romper la bolsa de aguas para liberar el líquido amniótico y estimular las contracciones.

Es importante destacar que la inducción del parto no está exenta de riesgos y debe ser realizada por personal médico calificado. Las contracciones inducidas pueden ser más intensas y dolorosas que las contracciones naturales, lo que puede aumentar la necesidad de analgesia o anestesia. Además, hay un mayor riesgo de parto instrumental (uso de fórceps o ventosa) y de cesárea en algunas situaciones.

Si estás considerando o te encuentras en una situación en la que se está discutiendo la posibilidad de una inducción del parto, es fundamental que hables con tu médico para comprender los riesgos, beneficios y opciones disponibles en tu caso específico. Cada situación es única, y la decisión debe tomarse en base a la salud y el bienestar tanto de la madre como de la guagua.


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