¿Qué es un enema y cómo usarlo de forma segura?

Fecha de Publicación: 26 Enero 2022
Tiempo de Lectura: 3 Min.

enema

El enema es una de las formas más comunes de utilizar cuando se necesita limpiar el intestino grueso. Muchas veces lo hemos usado para cuadros de estitiquez en niños y adultos. Su aplicación es bastante sencilla y solo requiere de algunos minutos ¿Qué es y cómo usarlo? Te lo contamos:

El término enema suele causar confusión. Se trata de un procedimiento sencillo que pretende limpiar el recto, el colon y parte del intestino delgado con fines reguladores, terapéuticos y diagnósticos.

Los enemas también son conocidos como lavados. Consisten en la introducción de una solución medicinal u otro medio acuoso a través del esfínter anal, con el objetivo es promover la evacuación del contenido intestinal y la limpieza del colon y el recto.

Por lo general, este procedimiento es útil en el tratamiento del estreñimiento o la constipación. De igual forma, suele utilizarse previo a pruebas radiológicas, endoscópicas y algunos abordajes quirúrgicos.

¿Para qué se usa el enema?

 Los enemas son sustancias a base de agua, medicamentos o remedios naturales. Estos pueden ser clasificados como de evacuación o de retención. Algunos de los usos más comunes son:

  • Tratamiento de la constipación.
  • Abordaje de la retención o impactación fecal (masa de heces duras).
  • Eliminación de fecalomas (masa de heces acumuladas).

Existen estudios que afirman que la limpieza intestinal por enema es una estrategia útil para disminuir las complicaciones posoperatorias de las cirugías intestinales. Además, en la actualidad es cada vez más común la práctica de este procedimiento con fines higiénicos.

¿Cuáles son los efectos adversos y contraindicaciones?

La aplicación de un enema bajo indicación médica suele ser un procedimiento seguro con pocos efectos adversos. Las náuseas, los cólicos y el escozor anal son algunos de los síntomas secundarios.

De igual forma, la administración excesiva de líquido puede llevar a la distensión del abdomen. Algunas investigaciones sugieren que la colitis isquémica y la perforación intestinal son las principales complicaciones de los enemas de evacuación.

Por otro lado, pueden resultar perjudiciales ante la presencia de ciertas afecciones de salud, como:

  • Colitis y apendicitis.
  • Prolapso rectal.
  • Traumatismo abdominal.
  • Sangrado gastrointestinal.

Además, su uso puede resultar de alto riesgo en personas con enfermedad coronaria aguda, deshidratación severa e insuficiencia renal. Por lo tanto, es importante comentar al especialista ante la presencia de estas patologías.

Pasos para administrar un edema sin problemas

La administración de un enema suele ser un procedimiento fácil que no genera mayor complicación y para eso:

  • Se prepara la superficie donde se realizará el procedimiento, extendiendo algunas toallas sobre la cama o el suelo.
  • Acuéstate sobre tu lado izquierdo, flexionando la rodilla derecha contra el pecho y colocando una toalla enrollada bajo la misma. Otra posición consiste en colocarse de rodillas, llevando el pecho al suelo y apoyándose sobre el lado izquierdo de la cara.
  • Con un dedo, aplica vaselina o lubricante alrededor del ano para facilitar la inserción del enema.
  • Remueve la tapa plástica de la boquilla del enema y con la mano dominante introduce lentamente la misma a través del orificio anal. Es recomendable efectuar pequeños movimientos de lado a lado con la boquilla para facilitar la inserción. Este paso suele causar molestias; el dolor puede indicar la presencia de fisuras anales o hemorroides externas.
  • Una vez introducida la boquilla, aprieta el recipiente para llevar la solución dentro del recto. La presión debe realizarse de abajo hacia arriba para asegurar la entrada de la solución. Al finalizar, retira con cuidado la boquilla del recto.
  • Debes mantener la misma posición por el tiempo recomendado por el médico tratante o lo que digan las indicaciones del producto. Los enemas tardan entre 5 y 20 minutos en estimular la evacuación intestinal.

En la mayoría de los casos, este procedimiento puede promover varias deposiciones continuas, por lo que se debe estar cerca de un baño durante la primera hora. No hay que usar otro enema hasta haber expulsado la totalidad de la solución administrada.

Un enema es una de las formas más comunes para limpiar el intestino grueso y el recto. No obstante, este procedimiento no está indicado para todas las personas y puede promover varias complicaciones de salud. En este sentido, consulta a un médico de confianza ante cualquier duda sobre su empleo y cuidado.

Por otro lado, es vital buscar atención profesional lo antes posible si el producto no es evacuado luego de 30 a 60 minutos. De igual forma, el sangrado rectal, el dolor abdominal intenso y los signos de deshidratación son situaciones que requieren manejo médico de emergencia.

Fuentes:

  • Más Salud
  • Clínica Mayo

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