Paracetamol en embarazo se relaciona con trastornos de atención y autismo

Fecha de Publicación: 26 Agosto 2021
Tiempo de Lectura: 3 Min.

El paracetamol es uno de los analgésicos permitidos durante el embarazo, sin embargo, un estudio reciente lo relaciona con un aumento de casos de déficit atencional y trastornos del espectro autista. Entonces, ¿cuándo es recomendable tomarlo?

Según una investigación realizada por científicos del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el consumo de paracetamol a lo largo del embarazo se asocia a anomalías en el desarrollo cerebral y, específicamente, con dos trastornos:

  • Déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
  • Trastornos del espectro autista (TEA).

El estudio, publicado en la revista European Journal of Epidemiology, consistió en el análisis de los datos de 74 mil niños de seis países europeos: Reino Unido, Dinamarca, Países bajos, Italia, Grecia y España. Así, se concluyó que los niños cuyas madres consumieron paracetamol en la etapa de gestación presentan un 19% más de probabilidades de desarrollar síntomas de TEA y un 21% más de posibilidades de manifestar TDAH.

Según uno de los investigadores, Jordi Sunyer, “teniendo en cuenta todas las pruebas sobre el uso de paracetamol y el desarrollo neurológico, estamos de acuerdo con recomendar que, si bien el paracetamol no debe suprimirse en las mujeres embarazadas o en los niños, sí debe utilizarse sólo cuando sea necesario”.

Por otro lado, Silvia Alemany, también autora del estudio, agregó que “no se conocen los mecanismos precisos que expliquen estas asociaciones, pero es plausible que a nivel biológico la exposición al parecetamol en las primeras etapas de la vida pueda alterar el desarrollo cerebral. De hecho, algunos mecanismos propuestos incluyen alteraciones en los factores neurotróficos, una familia de proteínas muy relevantes para el desarrollo neuronal”.

Cabe mencionar que los investigadores también hicieron referencia a que el paracetamol podría contribuir al estrés oxidativo, un mecanismo que se ha relacionado con TEA y TDAH.

¿En conclusión? No se conoce el mecanismo por el que el medicamento puede alterar el neurodesarrollo, pero sí hay asociación. Por esta razón, los expertos recomiendan no abusar del paracetamol y usarlo sólo para situaciones estrictamente necesarias y, siempre, bajo la supervisión del médico a cargo.

 Déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es una afección crónica que afecta a niños de todo el mundo.

Este trastorno, que permanece en la etapa adulta, incluye una combinación de dificultades para mantener la atención, así como hiperactividad y comportamiento impulsivo. Por otro lado, entre otras señales, también se destaca la baja autoestima, dificultad para relacionarse con el resto o bajo rendimiento escolar.

Si bien, los síntomas a veces disminuyen con la edad, lo importante es aprender estrategias para mantenerlo estable. Además, existe el apoyo de medicamentos e intervenciones conductuales. Por esta razón, es importante estar atento a estas conductas de los niños con el fin de poder realizar un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno.

Trastornos del espectro autista (TEA)

 Los trastornos del espectro autista (TEA) son una discapacidad del desarrollo que puede provocar problemas sociales, comunicaciones y conductuales significativos.

En la actualidad, el diagnóstico TEA incluye distintas afecciones que solían diagnosticarse por separado. Por ejemplo: trastorno autista, trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra manera (PDD-NOS) y el síndrome de Asperger.

En los primeros meses de vida, algunas señales son:

  • No señalar los objetos ni demostrar interés por ellos.
  • No mirar objetos cuando otra persona lo señala.
  • No jugar con juegos de simulación como darle de comer a un muñeco o hacer dormir a una guagua.

Posterior al año, o en toda la etapa de crecimiento, hay que estar atentos a las siguientes señales:

  • Evitan el contacto visual.
  • Tienen dificultad para relacionarse con los demás o preferir estar solos.
  • No manifiestan interés por otras personas.
  • Tienen dificultad para comprender los sentimientos de otras personas o para hablar de los propios.
  • Prefieren que no los abracen o hacerlo sólo cuando quieren.
  • Parecen no estar consciente cuando otras personas les hablan, pero sí responden a otros estímulos.
  • Pueden estar interesados en las personas, pero no saben cómo hablar, jugar ni relacionarse.
  • Repiten o imitan palabras, frases o acciones una y otra vez.
  • Tienen dificultad para expresar necesidades con palabras o movimientos habituales.
  • Presentan reacciones poco habituales al olor, gusto, aspecto, tacto o sonido de las cosas.

Fuentes:

  • Diario La Vanguardia
  • Clínica Mayo
  • Minsal
  • Revista European Journal of Epidemiology

Tags:embarazo
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