Salud actual: “Nos preocupamos de tratar la enfermedad y nos olvidamos de la prevención”

Fecha de Publicación: 03 Noviembre 2022
Tiempo de Lectura: 6 Min.

Para Liliana Jadue Hund, vicedecana de las carreras de salud de la Universidad del Desarrollo, “hace rato que estamos preocupados y no ocupados en resolver los problemas de salud mental y obesidad”, situación crítica para los chilenos. El obstáculo se produce porque, como explica la experta en epidemiología y salud pública, se trata de patologías difíciles de tratar porque no sólo dependen de las políticas de salud, sino que también de la misma sociedad. ¿Cómo lograrlo y qué rol cumple la prevención? Lee la entrevista de la exsubsecretaria de salud pública:

Conversamos con Liliana Jadue Hund, actual vicedecana de las carreras de la salud de la Facultad de Medicina UDD y exsubsecretaria de salud pública del gobierno de Sebastián Piñera, quien nos relató sobre los coletazos que dejó el Covid-19. “No es novedad que la salud mental y la obesidad empeoraran con lo vivido durante la pandemia”.

Como vicedecana y profesora de futuros profesionales de la salud, ha sido un tema difícil de tratar, ya que no sólo dependen del sector, sino que también de la misma sociedad. ¿Soluciones? Para nuestra entrevistada de Estusalud, existen distintas estrategias que no pueden esperar más.

“Tenemos una visión muy medicalizada de la salud y se nos olvida hacer prevención y promoción, pues en realidad lo que atendemos es la enfermedad y no cuidamos la salud misma”, agregó la doctora Jadue.

En el mismo ámbito, ¿cómo ve la salud mental y la obesidad como problemáticas que han ido en aumento?

Hace rato que estamos sólo preocupados y no ocupados en resolver estos problemas que son tan difíciles al ser multifactoriales. Además, la solución no depende sólo del sector salud.

Singer acuñó en los años 90 el término “sindemia”, neologismo que une “sinergia y epidemia”, dicho de manera simple es: dos o más enfermedades que interactúan de forma tal que causan un daño mayor que la mera suma de estas dos enfermedades.

Se trata del efecto de las condiciones de vida, el entorno social, económico y política de una población que afectan a sus grupos de manera diferencial y agravan la situación de salud de los menos favorecidos.

Desde su conocimiento en salud pública y su paso por la subsecretaría ¿hoy qué se debería reforzar en salud?

¡Hay tantos problemas que resolver en salud! Lo que más preocupa a la gente son las listas de espera, pues sentir que tengo un problema de salud y que no voy a recibir atención en meses o años, quita la esperanza. Es como si ese sufrimiento no tuviera valor, independientemente si el problema es grave o no.
Creo que hacer los cambios en la atención primaria de salud (APS) es urgente y puede hacer la diferencia.

Normalmente, los hospitales se comen todos los recursos y la inversión en APS es baja o nula, o no apunta a las actividades que de verdad la harán más resolutiva, evitando hacer crecer cada vez más las listas de espera.

Por otro lado, estamos totalmente al debe. No existe un reconocimiento de ese punto donde se producen las interconsultas que terminan en la famosas ‘listas de esperas’.
Por eso, tenemos que trabajar por los dos extremos: en la generación de la necesidad de una atención por el especialista en APS y en la resolución de los que ya están en espera, en consultas de nivel secundario o en los hospitales.

¿Y qué pasa con la tecnología?

Para la gestión en APS es importante invertir en tecnología y llevar a los especialistas con mayor demanda al CESFAM. Ellos podrán resolver la mayor parte de los casos que no requieren procedimientos, como es el caso de dermatología, traumatología, oftalmología o cirugía menor.

Está claro que hay un sinfín de estrategias que podrían apoyar esta problemática, como masificar la telemedicina y el telemonitoreo de los pacientes, así como dar más autonomía a otros profesionales de salud para atender sin orden médica, como es el caso de las nutricionista para personas con obesidad, o los kinesiólogos para mantener valentes a los adultos mayores.

Hay que mejorar la atención de salud, el impacto y el control de los pacientes con menos complicaciones. Hay que evitar interconsultas y hospitalizaciones innecesarias por llegar tarde. ¡Hay más problemas, pero este no puede esperar más!

“Al final da pena ver el tiempo perdido en discusiones ideológicas, dentro y fuera del parlamento, dejando de hacer cambios porque se molestan unos u otros: políticos, parlamentarios, gremios u otros interesados que no dejan que nada avance, mientras las personas esperan”.

¿Cómo ve el modelo de la salud al existir una nueva constitución? ¿Será posible realizar cambios a favor de todos?

Hay muchas ideas dando vuelta de cómo debería ser un sistema de salud para Chile. Creo en tener un sistema de salud con acceso universal, atención de calidad y con mecanismos de financiamiento que no agobien a las personas es una idea que convoca a muchos. Para lograrlo hay diversos caminos, y ahí los acuerdos ya no son tantos.

Sin embargo, los países no se refundan, y los cambios que se propongan se deben hacer de manera gradual, lo cual toma tiempo y la gente no puede esperar tanto. Hay mucho por hacer sin grandes cambios en leyes, pero sí con firme decisión y voluntad política.

Generaciones de la salud del futuro

Actualmente, Liliana Jadue Hund trabaja en la formación de profesionales de nueve carreras de la salud en la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo. Tal como ella lo define, es una “responsabilidad enorme, un gran desafío” pero que le encanta.

“Creo que preparar profesionales de calidad, capaces y preocupados por las personas y la comunidad en la que viven, le da sentido a la vocación que tenemos los profesionales de la salud”, señaló.

Su rol actual, como gestora académica, la han llevado más allá de la docencia directa, ya que para la también médico de profesión “es importante estar atentos al mundo de hoy, que cambia de manera muy rápida. Nuestros egresados deben estar preparados para esta realidad, y adaptar lo que enseñamos y cómo lo enseñamos para el mundo de hoy y de mañana”.

Para la vicedecana, es clave “adiestrar a los futuros profesionales para ser buenos comunicadores, o entregar herramientas para la gestión, ya que hoy son contenidos esenciales, además de ser muy buenos en sus disciplinas. Son nuevos tiempos y no podemos seguir formándolos como hace 20 o 30 años”, añadió.

En el caso de la Universidad del Desarrollo ¿cómo ve que un estudiante de la Facultad de Medicina pueda conocer la realidad de Clínica Alemana y del Hospital Padre Hurtado al mismo tiempo?

La formación de profesionales de la salud tiene que ocurrir en todos los contextos en los cuales vive la población chilena, o de quien sea el paciente que están cuidando, independientemente de su nivel social, educacional, raza o las características que tengan.

Ellos son formados para entregar una atención de la mayor calidad y centrada en la persona, en cualquier lugar.

Los estudiantes atesoran y valoran muchísimo su formación en el hospital público y en las redes de CESFAM porque aprenden a conocer a los pacientes, no solamente las enfermedades, sino que a la persona, con su familia y en su entorno.

Nosotros los formamos para cuidar bien a todas las personas. Para ellos, estas prácticas cercanas a la comunidad -que también hacen en regiones- son tan relevante que es habitual que se mencione como uno de los elementos marcadores de su formación en la UDD.

A otros les gustará más otro tipo de trabajo, incursionar en áreas con más tecnología, incluso salir al extranjero, entonces, su paso por un centro de alta complejidad cómo puede ser la Clínica Alemana les muestra esa dimensión del cuidado de la salud de las personas y los prepara para desenvolverse también en esta otra realidad.

Actualidad de contagios

Para muchas personas, después de haber pasado a una Fase de Apertura, con mucha más flexibilidad y sin el uso de mascarillas, no fue la mejor decisión. Esto, porque a pesar de que los contagios por Covid-19 se han mantenido en una rango normal, los contagios de diversos virus presentes han afectado de manera más abrupta, sobre todo a los niños.

Para la doctora Liliana Jadue, experta en epidemiología, Chile ha sido un ejemplo en el manejo de pandemia. “Enfrentamos un agente biológico desconocido que afectó a la población de todo el planeta y colapsó los sistemas de salud, entre muchos otros problemas. Nuestro país en pandemia hizo crecer el sistema de salud, trabajando de manera colaborativa entre el sector público y el sector privado, para acoger a todos los enfermos en una cama hospitalaria cuando lo necesitaron y manteniendo una baja letalidad”.

Liliana, además, resaltó el proceso ejemplar de vacunación, tanto en la compra de las dosis, como en la cobertura alcanzada en poco tiempo.

“Creo que, con la fatiga pandémica en la población, fue correcto eliminar el uso obligatorio y permanente de las mascarillas porque estamos empezando a ver más daños que beneficios del uso de las mascarillas, particularmente en los niños más pequeños y en los centros de educación”.

Para la exsubsecretaria de salud pública, “el uso de las mascarillas, como muchas otras estrategias – entre ellas el confinamiento- tienen su tiempo y su momento. Plantear que la mascarilla pudiera mantenerse en lugares con aglomeración, en espacios cerrados como es transporte público, por ejemplo, es una posibilidad, pero no en todos los entornos”.

Como dice la experta, los virus respiratorios están todo el año y los niveles de contagiosidad son variables, por lo que debemos seguir las medidas practicadas en pandemia como lavado de manos, ventilación, evitar aglomeraciones y más. ¿Cuánto durará? El Covid-19 nos enseñó y, hoy, no debemos soltar lo aprendido.


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