“No hay nadie que sea el mismo después de la pandemia”
Después de 10 años de trabajo en Clínica Las Condes, con tan sólo 38 años de edad y una vasta experiencia en el área de salud, este médico especialista en Urgenciología vuelve a su hogar, a su lugar de ‘nacimiento’ tal como él lo denomina. Su experiencia laboral, sus aprendizajes y su labor actual en el Servicio de Ambulancia Metropolitano nos demuestran la verdadera persona que hay detrás de un delantal blanco: su espíritu motivacional, su lucha por mejorar un sistema y su real sentimiento de vocación de servicio.
Al escuchar su voz por el otro lado del teléfono me sorprendí, ya que pensé que iba a percibir el tono de una persona apresurada, cansada, tajante y escueta. Pero gratamente me equivoqué, pues su energía, vitalidad y templanza se traspasaron rápidamente por el auricular. ¿Quién era? Luis Herrada, un hombre de 38 años, padre de 4 hijos y médico de profesión que nos relata, a su corta edad, su extensa y exitosa experiencia en el área de salud.
Su labor en el SAMU Metropolitano en pandemia no ha sido fácil. Tampoco para ninguno de los profesionales de la salud. Llegar a un lugar de trabajo en pleno período de Covid-19 ha sido un desafío, un desafío que para Luis se transforma en motivación. Así, el Servicio de Ambulancia Metropolitano cubre todas las comunas de la región, más toda el área rural de ésta.
“De 10 llamadas que entran sólo 6 se contestan; y no es porque no se quiera. Hay funcionarios de call-center que se ponen la camiseta todos los días, encerrados, contestando los teléfonos y, aunque trabajen incesantemente, no alcanzan a atender el volumen de llamados que ingresan a determinadas horas”. Según Luis, existe una ambulancia para cada 450 mil persona, lo que hace mucho más arduo el trabajo, sobre todo en estos períodos tan difíciles.
Y así es como se ve feliz al subdirector del SAMU porque, como dice, está frente a un grupo humano genial. “Tienen ímpetu, ganas de mejorarlo todo. Con el tiempo, algunos lo van perdiendo, por eso quiero cuidarlo, que nadie lo pierda”, resalta.
“Quiero darles la esperanza de que vienen cosas mejores hacia adelante” es su mensaje y, esto lo logra con motivación, con convencer de lo “bueno que somos”.
“Nosotros somos del SAMU Metropolitano y necesitamos recursos porque se nos encomendó una misión. En este lado de la moneda no nos estamos beneficiando nosotros, sino la persona quien nos está necesitando… que puede ser uno mismo”, agrega.
De director médico de Clínica Las Condes a subdirector del SAMU Metropolitano
Hace 10 años que partió en Clínica Las Condes haciendo refuerzos en turnos de emergencia. Para él, fueron 10 años de mucho aprendizaje. “Aquí desarrollé mi primer gran desafío: Proyecto de Rescate”. Así, logró armar un equipo de 40 personas y transformó el rescate en un referente prehospitalario a nivel regional. Gracias a eso, se transformó en el jefe de Servicios de Urgencia de la clínica y fue en este puesto donde enfrentó el inicio de la pandemia y la ola de Covid-19 en el momento más difícil.
¿Cómo fue su trabajo en Clínica Las Condes?
Fue un momento de mucho crecimiento, aprendizaje de manejo de equipos, gestionar problemas, escuchar a los otros. Sin embargo, debo reconocer que en el último período de mi trabajo no lo pasé bien. Venía de un período muy estresante. Fue un tiempo de trabajo de liderazgo muy difícil.
¿Cómo fue volver nuevamente al SAMU?
Me encontré con gente que no veía hace 10 años. Fue una recepción genial. Llegar al SAMU con gente q conozco, que quieran trabajar en un sistema de mejoras, para mí es una tremenda oportunidad, por eso decidí irme de la clínica.
¿Qué lo ha marcado en este corto tiempo de liderazgo que lleva en el Servicio de Ambulancia Metropolitano?
Me marca mucho ver a los operadores telefónicos que siguen trabajando, a pesar de lo duro que es para ellos, los motiva. Sus ganas de avanzar les sale de adentro, de mejorar el sistema que los ha maltratado mucho en estos diez años. Es un lugar pequeño, con mala infraestructura, pero aún así sonríen. La vocación de servicio es tremendamente marcada, ellos ni siquiera se dan cuenta.
En el fondo yo me fui del SAMU (la primera vez que estuve) porque sencillamente no fui capaz de seguir en esas condiciones. No veía salida. Pero hoy valoro al grupo humano que disfruta lo que hace.
Desde el punto de vista personal, ¿cuánto cambió su rutina familiar con la pandemia?
Cambió totalmente. Yo tuve una hija en enero de 2020 y no la vi en 1 año. Trabajando 24/7, mi vida familiar estuvo totalmente trastocada. Es un costo muy alto para todos los que trabajan en salud. Es un efecto invisible y para eso debemos estar atentos.
¿Cómo logra actualmente estar atento a ese “efecto invisible”?
He logrado entender que tengo que moderar el ‘león interno’ para poder descansar. Si uno no se autogestiona, no logra liderar. Finalmente empiezas a perder las habilidades y terminas perdiendo el norte.
Visión de pandemia: “Estamos lejos de dejar de utilizar la mascarilla”
Desde el punto de vista de Luis, esta pandemia nos ha sorprendido continuamente, ya que el Covid-19, ha sido una enfermedad que se reinventa día a día. Para el especialista, estamos lejos de dejar de utilizar la mascarilla. “Un programa de vacunación maduro y plan de comunicación adecuado para la gente podría mantenernos con positividad baja. Debemos estar en estado de alerta y no bajar los brazos aún porque la enfermedad se puede reinventar”.
Además, recalcó que la aparición de cepas nuevas pueden seguir generando problemas en la población. Por eso, lo importante es seguir promoviendo la vacunación y el autocuidado.
¿Qué sacamos en limpio de esta pandemia que nos afecta a nivel mundial?
Nos enseña que solos no somos nadie. Los equipos son todo. Esta mirada tan personalista de la sociedad, tan individualista se destruye. Si no nos vacunamos todos, si no nos cuidamos todos, se afectan a otros. Y ¿la verdad? No queremos que eso pase.
“No hay nadie que sea el mismo antes y después de pandemia. El trabajo ha sido enorme e incesante y las personas están muy cansadas. La pandemia hizo lo suyo en todos nosotros”.
Por esta misma razón, para Herrada es importantísimo cuidar a los equipos y la salud mental de sus funcionarios, no solamente ahora en períodos de Covid-19, sino también en temas laborales.
Enfocar a un cambio de sistema es su lucha, partir con pequeños cambios que logren ser efectivos y notorios. “Hay que convencer a la autoridad que para esto se requiere de una infraestructura e inversión importante porque es fundamental en un sistema de protección civil como éste. No puede ser que en el área Oriente hay una ambulancia cada 25 mil habitantes y en el sector Poniente una para 450 mil”.
Equidad en Salud
Desde que el mundo existe, todos luchamos por una igualdad justa en derechos de salud, educación y vida. Por eso, para Luis, el Servicio de Ambulancia (SAMU) debe ser justo: “qué más equitativo e importante que, cuando tengas una emergencia, llegue una ambulancia”, enfatiza.
Por medio de un plan de trabajo es que este especialista en Urgenciología quiere lograr que el nivel de recepción de llamados sea inmediato, con una consejería de primer nivel. “La inversión es tan pequeña y el beneficio gigantesco”, manifiesta.
La buena noticia es que, desde que llegó al SAMU, mejoraron la capacidad de contestación de la central telefónica. “Pasamos de un 60 a un 90%. Es decir, de 10 llamadas que entran, antes se lograban contestar seis. Actualmente, con el plan de trabajo se responden nueve, es decir un 30% de mejora. Eso se logra motivando, generando confianza en los equipos y conociendo al personal”. Destaca el especialista.
Equipo Humano
Dentro del grupo de profesionales que trabajan en el SAMU Metropolitano se encuentran enfermeros, kinesiólogos, matrones, conductores, técnicos sanitarios, técnicos paramédicos, operadores telefónicos, administrativos y médicos. Un núcleo aproximado de 500 personas a cargo de Herrada.
Cada ambulancia cuenta con un profesional de salud denominado reanimador, un técnico parmédico y un conductor.
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