¿Qué es la hiperplasia prostática benigna?

Fecha de Publicación: 30 Agosto 2021
Tiempo de Lectura: 2 Min.

La hiperplasia prostática benigna, o agrandamiento de la próstata, es una afección recurrente en los hombres mayores que a veces causa síntomas que requieren de una atención médica. ¿Cómo se detecta y qué cuidados debe tener? Aquí te lo contamos:

La próstata es una glándula que forma parte del sistema reproductivo masculino, ayudando con la producción de semen, el fluido que contiene esperma. Sin embargo, a medida que el hombre envejece, la próstata se va agrandando, lo que puede causar molestos síntomas.

De esta forma, la gravedad o incomodidad de estos síntomas varía de persona en persona, la que podría ir empeorando con los años. Pero ¿cuándo comienza? Se cree que las primeras señales aparecen posterior a los 50 años y, si bien no es una afección cancerosa, ni aumenta la posibilidad de presentar cáncer de próstata, sí requiere de atención médica.

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

  • Necesidad de orinar con frecuencia.
  • Necesidad de orinar con urgencia.
  • Nicturia o aumento de la frecuencia de la orina por la noche.
  • Dificultad para comenzar a orinar.
  • Flujo de orina lento o que se detiene y vuelve a comenzar.
  • Goteo después de orinar.
  • Sensación incómoda al terminar de orinar.
  • Imposibilidad o sensación de que no se vació la vejiga por completo.

Además de estos síntomas obstructivos o irritativos, existen otros menos frecuentes, pero que también podrían aparecer: infección urinaria, imposibilidad de orinar o sangre en la orina.

Factores de riesgo de la hiperplasia prostática benigna

Ya comentamos que los mayores de 50 años comienzan a padecer de hiperplasia prostática benigna. No obstante, también existen otros factores de riesgos como:

  • Antecedentes familiares: Padre o hermano con problemas de próstata y/o hiperplasia prostática benigna.
  • Diabetes o enfermedad cardíaca: también pueden predisponer a aumentar el riesgo.
  • Estilo de vida sedentario: La obesidad también aumenta el riesgo.

 Estudios para la hiperplasia prostática benigna

Además de la evaluación del historial clínico y conversación con el urólogo, es probable que el especialista solicite otros exámenes para tener un diagnóstico claro y certero. Entre ellas están:

  • Palpación o tacto rectal.
  • Análisis de orina.
  • Análisis de sangre que incluya el antígeno prostático específico.
  • Uroflujometría que mide el flujo urinario.
  • Prueba de orina residual posterior al vaciado con la ayuda de una ecografía que permitirá ver el volumen de orina que queda en la vejiga.
  • Diario de vaciado 24 horas que será tu registro de frecuencia y cantidad de orina al día.

En caso de que la hiperplasia prostática benigna sea más complejo o repetitiva, se podría solicitar una ecografía transrectal, una biopsia de próstata, estudios urodinámico y de presión, así como una cistoscopía.

 Tratamiento

 El tratamiento puede ser a través de medicamentos o con una cirugía. En el primer caso, hablamos de fármacos que relajan la musculatura prostática y aquellos que reducen su tamaño.

Ahora, cuando estos tratamientos no son efectivos, o se han repetido en muchas oportunidades, el médico le entregará distintas opciones quirúrgicas al paciente. Entre estos está el láser verde, una técnica mínimamente invasiva que consiste en realizar una vaporización de la porción central de la próstata causante de la obstrucción.

Fuentes:

  • Clínica Mayo
  • Clínica Universidad de Los Andes

Tags:enfermedadesHombre
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