¿Qué es la ciática?
¿Te has quedado ‘congelado’ de dolor cuando te has parado o sentado en una silla y, lo que es peor aún, te duele de la misma manera cuando toses o te ríes? Lo más probable es que tengas el nervio ciático presionado y para eso te detallamos sus causas y consejos para su prevención.
La ciática es un dolor que se irradia a lo largo del nervio ciático, que se ramifica desde la parte inferior de la espalda a través de las caderas, los glúteos y hacia abajo de la pierna. Es por esta razón, que sentimos el dolor más agudo en el glúteo.
Por lo general, la ciática afecta sólo a un lado del cuerpo, es decir, la molestia parte de la cintura, pasa por un glúteo y continúa por una pierna hasta llegar a un pie, el cuál muchas veces se siente pesado al levantarlo.
Síntomas de la ciática
El dolor puede variar ampliamente: desde un dolor leve hasta una sensación aguda, de ardor o dolor insoportable. A veces, puede incluso sentirse como una sacudida o una descarga eléctrica.
- Puede ser peor al toser o estornudar.
- Puede doler más al permanecer sentado durante períodos prolongados puede agravar los síntomas.
Algunas personas también pueden presentar:
- Entumecimiento.
- Hormigueo.
- Debilidad muscular en la pierna o el pie afectado.
- Incluso, podrías sentir dolor en una parte de la pierna y entumecimiento en otra parte.
¿Por qué ocurre la ciática?
La ciática ocurre por el pinzamiento del nervio ciático, normalmente ocasionado por una hernia de disco en la columna vertebral o por un crecimiento óseo excesivo (espolón óseo) en las vértebras. También, con bastante menos frecuencia, un tumor puede producir el pinzamiento del nervio o una enfermedad, como la diabetes.
Existen ciertos factores de riesgo que inciden en la posibilidad de tener ciática y son:
- Edad: Los cambios en la columna vertebral relacionados con la edad, como las hernias de disco y los espolones óseos, son las causas más frecuentes de la ciática.
- Obesidad: Al aumentar la sobrecarga en la columna vertebral, el exceso de peso corporal puede contribuir a los cambios espinales que desencadenan la ciática.
- Profesión: Un trabajo que requiere que gires la espalda, traslades cargas pesadas o conduzcas un automóvil durante largos períodos podría estar relacionado con el desarrollo de la ciática, pero no hay pruebas concluyentes de esta relación.
- Permanecer sentado durante mucho tiempo: Las personas que permanecen sentadas durante mucho tiempo o tienen un estilo de vida sedentario son más propensas a padecer ciática que las personas activas.
- Diabetes: Esta enfermedad, que afecta la forma en que el cuerpo utiliza el azúcar en la sangre, aumenta el riesgo de lesión a los nervios.
¿Cómo prevenir la ciática?
Hay que tener en claro que no siempre es posible prevenir la ciática, y esta dolencia puede volver a aparecer. Por eso, adoptar las siguientes medidas puede tener un papel fundamental en la protección de la espalda:
- Haz ejercicio regularmente: Para mantener la espalda fuerte, presta especial atención a los músculos centrales, es decir, los músculos del abdomen y de la parte inferior de la espalda que son esenciales para tener una buena postura y una correcta alineación. Pídele al médico que te recomiende actividades específicas.
- Mantén una postura adecuada al sentarte: Elige un asiento con un buen soporte lumbar, apoyabrazos y base giratoria. Considera colocar una almohada o una toalla enrollada en la parte baja de la espalda para mantener su curva normal. Mantén las rodillas y cadera alineadas.
- Utiliza una mecánica corporal adecuada: Si estás de pie durante períodos prolongados, apoya un pie en un banquito o en una pequeña caja de vez en cuando. Cuando levantas objetos pesados, deja que las piernas hagan el esfuerzo. Sube y baja con la espalda derecha. Mantén la espalda derecha y flexiona solo las rodillas. Mantén la carga cerca del cuerpo. Evita levantar la carga y girar el cuerpo al mismo tiempo. Busca ayuda para levantar el objeto si es pesado o difícil de trasladar.
Todas las formas en que puedas ayudar a tu cuerpo y organismo para prevenir enfermedades son buenas, sobre todo si se trata de tener una vida saludable. Lo importante es que si sientes algunas de estas molestias, consulta a un especialista para estar seguro del diagnóstico y tratamiento a seguir.